La gran cantidad de estructuras verticales creó la necesidad de dar una respuesta ágil, rápida y económica a actividades que en principio se centraron en el sector de la construcción ( sellado de juntas de dilatación, enfoscado y pintura de fachadas…), donde la utilización de andamios complicaba mucho la logística previa ( transporte, montaje y mantenimiento). En cambio, las técnicas de trabajos verticales permitian unas ventajas muy significativas: rapidez y agilidad en la ejecución, bajo nivel de molestias y una reducción del coste de la obra. Esto permitió a las empresas de trabajos verticales hacerse un lugar dentro del sector.